Que tiempos aquellos: # 4 – A buen entendedor, presentale un gangoso.

Agua que no ha de correr, sapo de otro pozo. En casa de herrero no entran moscas. Nunca logre comprender estos aforismos. Creo que debí hacerle caso a mi vecino cuando me decía “No hay peor ciego que Andrea Bocelli”, y es que en ese momento no solo estaba cegado, si no que no tenía cable. Una cosa llevó a la otra... ver solo ATC todos los días del año me estaba comiendo la retina sin condimentar.
Un día me quise colgar del vecino... y si, yo era fana de Andrea, no iba a dejar que lo ningunee así.
Me subí al árbol, agarré una pinza, y tal como paso cuando me pescó mi abuela revetando unos cartuchos, paso la Fiorino del cable y el flaco que manejaba me gritó “corrupto así está el país!”, y como dice el refrán “A oídos sordos, Ratones Paranoicos”, le subí el volumen a Juanse y seguí con la “instalación”.
Una vez sentado en el sillón, y mirando a Perez Volpin me acorde de varias cosas: 1ro cuando mi abuela me descubrió reventando unos cartuchos; 2do más vale pájaro en mano, consuelo de tontos; 3ro tenía razón el flaco del cable...
Qué podía reclamar yo de los muñecos que ponen como diputados, si como dice el dicho “perro que ladra no se mira los dientes”
Como quería pretender que sean honestos si le había tirado 20 pesos al flaco de la fiorino, y bien sabemos que “había gato encerrado”
Que derecho tenía a pedir que se vea bien Tinelli, si a quien madruga mal acaba.
¿Ser o no ser, será la cuestión?
De todos modos muy tranquilo no me quedé, porque dicen los que saben que díos castiga sin palo y sin rebenque, pero yo soy ateo.

Arriesgar la vida por zafar la factura de Cablevisión. 1912.
En aquellos tiempos la crisis golpeaba muy duro. Tal es así que la gente ahorraba siempre que podía.