# 9 – Quién esté libre de asados, que arroje la primera entraña.

No era fácil en aquellos tiempos conseguir el corte de carne deseado. ¡Que tiempos aquellos! Uno iba por un pechito de cerdo y se volvía con una rueda bajo el brazo... si tenía suerte. Recuerdo aquel encontronazo que involucro a Dj Veloz con el carnicero, luego de que este le diera bofe en lugar de lomo. Un remix nunca antes visto. El caracú quedo en el inconciente colectivo, y la mortadela ya no es de pobre.
Así como día a día nos aventuramos en diferentes “centros de entretenimiento”, el asado nos reunió con el objeto de afianzar la unión nacional. Pero esta vez, el privilegio de la carne era para unos pocos... por eso la unión dejaba de ser nacional para ser del establishment. Tal es así, que el término “asadito obrero” había caído en desuso para darle paso al “asadito yuppie”.
La atmósfera parrillera ya no se veía opacada por el tormento del vino artificial, si no, más bien por suaves dejos de madera y un aroma frutado, tan frutado como tal descripción.
Mi carnicero siempre me dijo que le calcule medio kilo de carne por comensal, en lugar de eso compre 300grms, papa y huevo, y para hacer bulto invite a Charly Menem Jr. Espero que al mencionarlo estos escritos no queden en el olvido, o al menos que en el país de las vacas no tengamos que lamer los huesos.

Carretilla de placer. 2003.
Un bólido de carne a 80 Km/h.

Los convocados. 1987.
Al parecer en la actualidad cambiaron el choripan y la gaseosa por la ensalada waldorf y exprimido de naranja.

Comiendo gatos y no en el rosedal. 2004.
Este pibe encontró un tipo de carne más económica.